En el siglo VII los musulmanes comienzan una rápida expansión ocupando Oriente Medio y el norte de África, llegando a la Península Ibérica a principios del siglo VIII, en el marco del último proceso expansionista del Califato Omeya de Damasco.
A principios del siglo VIII el reino visigodo se encuentra sumido en una de sus constantes luchas internas, la toma del poder del último rey visigodo Roderico provoca que sus rivales llamen al líder musulmán Táriq Ibn Ziyad que inicia la conquista de la Península Ibérica.
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